LAS HERMANAS DE LÁZARO (Jn 11, 1.3–7; 11–45). ACTITUD ANTE LA MUERTE.
Descripción del pasaje: Las hermanas de Lázaro trataban al Señor con naturalidad y confianza. Le cuentan sus preocupaciones por eso le envían un recado diciéndole que su hermano estaba enfermo. Luego le echan en cara, con cariño, que llegara después de que muriera Lázaro.
Marta sufre, María sufre y Jesús -¡cómo no!- sufre también, por eso se pone a llorar. Llora por la muerte de su amigo y también por la misma existencia de la muerte. Jesús llora porque la gente se rebela ante la muerte.
El Señor nos da la “solución” y nos habla de la resurrección futura. Ante la muerte de los que amamos, no hay otro consuelo que la realidad de la vida eterna y la misericordia de Dios.
Consideraciones: La muerte es algo que sucede y todo el mundo le tiene miedo. Todos estamos “condenados a muerte”. Es un castigo por el pecado original. Dios tenía dispuesto que el hombre no muriera, pero el pecado lo estropeó todo.
Es lógico que suframos por la muerte de la gente que conocemos, pero eso no nos puede hundir y, mucho menos, hacer que desconfiemos de Dios que es un Padre amoroso, que quiere lo mejor para sus hijos. Fíjate, si nosotros amamos a los demás, mucho más los ama Dios…
Diálogo: Señor, te pido que esté siempre preparado para el momento de mi muerte y que ayude a los demás para que estén en gracia.
Señor, que sea generoso en pedir por los difuntos. En concreto, hago el propósito de ofrecer la Misa, el rosario, algún sacrificio por ellos.
Madre mía , “ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora se nuestra muerte. Amén”
Descripción del pasaje: Las hermanas de Lázaro trataban al Señor con naturalidad y confianza. Le cuentan sus preocupaciones por eso le envían un recado diciéndole que su hermano estaba enfermo. Luego le echan en cara, con cariño, que llegara después de que muriera Lázaro.
Marta sufre, María sufre y Jesús -¡cómo no!- sufre también, por eso se pone a llorar. Llora por la muerte de su amigo y también por la misma existencia de la muerte. Jesús llora porque la gente se rebela ante la muerte.
El Señor nos da la “solución” y nos habla de la resurrección futura. Ante la muerte de los que amamos, no hay otro consuelo que la realidad de la vida eterna y la misericordia de Dios.
Consideraciones: La muerte es algo que sucede y todo el mundo le tiene miedo. Todos estamos “condenados a muerte”. Es un castigo por el pecado original. Dios tenía dispuesto que el hombre no muriera, pero el pecado lo estropeó todo.
Es lógico que suframos por la muerte de la gente que conocemos, pero eso no nos puede hundir y, mucho menos, hacer que desconfiemos de Dios que es un Padre amoroso, que quiere lo mejor para sus hijos. Fíjate, si nosotros amamos a los demás, mucho más los ama Dios…
Diálogo: Señor, te pido que esté siempre preparado para el momento de mi muerte y que ayude a los demás para que estén en gracia.
Señor, que sea generoso en pedir por los difuntos. En concreto, hago el propósito de ofrecer la Misa, el rosario, algún sacrificio por ellos.
Madre mía , “ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora se nuestra muerte. Amén”
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