viernes, 3 de abril de 2009

MARTES SANTO

Hoy el Evangelio de la Misa nos habla de un apóstol que no fue fiel (cfr. Jn 13,21-33. 36-38). El Señor lo llamó personalmente, vivió tres años con él, era de sus íntimos, y sin embargo le hizo traición. 

TANTO POR TAN POCO

Lo entregó por el precio que se pagaba por un esclavo. Por unas cuantas monedas, unas 30. Otros son capaces de ofender a Dios por menos, porque les apetece quedarse en casa un domingo y no van a misa, o porque les apetece darle una satisfacción al cuerpo.

EL AMOR ES CIEGO

¿Qué le sucedió a Judas? Fue elegido personalmente por Jesús: tenía vocación de apóstol. El Señor le quería un montón. 

Si yo os preguntase: ¿a ti, de verdad, quién te quiere? Nadie te quiere de verdad porque nadie te conoce bien, perfectamente.

El único que nos conoce a la perfección, mejor que nosotros mismos, mejor que nuestra madre es el Señor, y por eso es el único que puede querernos de verdad. 

Y nos quiere, a pesar de conocer nuestros defectos y todos nuestros pecados. Así quería a Judas, unos de los hombres más privilegiados de la historia.

QUIEN NO AVANZA RETROCEDE

¿Qué le sucedió? Al principio ¿quería al Señor? іpues claro que le quería!, como los otros once. Tendría defectos como el resto de los apóstoles. Eso no es de extrañar. 

Pero el amor que tenía a Jesús no fue creciendo. El amor a nuestro Señor tiene que ir aumentando poco a poco. Judas se fue acostumbrando a tratar a Jesús.

Cada vez le iba resultando más antipático, más distante. Fue perdiendo poco a poco la sintonía con él. Sus sermones le parecerían un rollo, incluso exagerados. 

Con el paso del tiempo pensaría que el Señor era un idealista, y él quería estar con los pies en la tierra, había que pensar en el futuro. Veía como los demás, incluso las autoridades, hablaban mal de él, y algunos de sus discípulos le habían abandonado.

EL DEMONIO MUDO

Lo peor no fue que su amor fuese a menos, que se hubiera acostumbrado a Jesús, que le resultase incómodo lo que decía. Lo peor fue que se fue callando, que no dijese nada, que no hablara personalmente con el Señor. 

Sin duda el problema de Judas también fue de sinceridad. Todos los Apóstoles eran tremendamente sencillos, transparentes, por eso perseveraron.

ESCONDER LA MISERIA

Al principio él no era así. Pero, al no querer entregarse, tuvo que ocultar donde tenía su corazón, porque su corazón estaba centrado en las cosas de la tierra. 

Por eso llegó a pensar que, sin dinero, no podía hacer cumplir sus sueños. Toda su vida estaba centrada en él mismo. Se hizo un egoísta. A veces, decía las cosas con segunda intención para justificarse, para ocultar sus verdaderos intereses.

VIEJO A LOS 25 AÑOS

Era un corazón viejo que contrastaba mucho con el resto de los apóstoles que, a pesar de sus miserias, eran generosos: porque la verdadera juventud consiste en darse. 

Algunos viejos, como buscan mucha seguridad, se hacen tacaños egoístas y por lo general son muy poco lanzados. Me contaba una persona que, a sus padres, ya mayores, les costaba muchísimo salir de casa por la inseguridad que eso les producía.

Nuestro Señor necesitaba corazones jóvenes, como el del resto de los apóstoles, para cambiar el mundo. Así era al principio el corazón de Judas hasta que envejeció prematuramente y traicionó al Señor por las cosas de la tierra. іііSi al menos hubiera sido feliz aquí abajo!!!

INFELIZ AQUÍ, INFELIZ ALLÍ

Pero era imposible que lo fuera porque una persona que vuelve la cara a Dios termina mal. Judas perdió la razón de su vida. ііQué pena, qué pena, porque Jesús le quería!!

DIOS NO SE DESANIMA

A nosotros Judas nos cae mal, pero a Jesús no, y le estuvo dando oportunidades hasta el último momento. El Evangelio nos relata todos los detalles que tuvo el Señor para ver si se arrepentía. 

Pero no podía obligarle porque le había regalado la libertad. El Señor ante nuestra libertad se detiene: el amor no se exige, se da.

UN VIEJO QUE ERA JOVEN

Vamos a querer a Jesús. Vamos quererle con hechos, de verdad. Algunos hemos entregado la vida por e Señor.

Es justo hablar de otro apóstol que fue fiel hasta la muerte. Juan era el más joven. Era un pescador pero que sabía griego, el inglés de la época. 

Si hubiera seguido en el oficio hubiera montado una cooperativa en Betsaida. Se habría casado como Pedro y habría tenido varios hijos. Pero el Señor le llamó en plena juventud. 

En su corazón solo había un Amor, un Amor de mujer, era la Virgen. Su corazón se mantuvo también siempre fiel a Jesús.

Se consideraba el enchufado. Cuando tenía 90 años escribió que era el discípulos amado. No porque Jesús le hubiera llamado así, sino porque era lo que pensaba. Todo el mundo que se encuentra con Jesús se considera privilegiado.

Cuando era muy mayor hablaba del Amor como si fuera un adolescente.

En el fondo era muy parecido, salvando las distancias, a la Virgen. Ella nunca envejece, ni siquiera en la eternidad.


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